Ni miles de libras valen lo que esta galleta

En septiembre de 2011 la casa de subastas casa Christie’s vendió en Londres una galleta fabricada en 1907 a un coleccionista anónimo por 1.250 libras (unos 1.438 euros).

Diez años antes, en 2001, otra galleta similar (esta vez fabricada en 1914) fue subastada por 7.637 libras (casi 12.000 dólares).

A pesar de ser cantidades muy elevadas para una galleta, hay un personaje para el que las galletas no tienen valor, no habría dinero suficiente si tuviera que pujar por ellas. Este personaje, Frank Wild, llegó a escribir en sus diarios que Ni miles de libras valen lo que esta galleta.

¿Qué tienen de especial estas galletas? Son galletas fabricadas por la empresa británica Huntley and Palmers, con una mayor consistencia respecto a una galleta normal debido al agregado de proteínas de leche para suministrar un mayor aporte nutritivo.

Y sobre todo, ¿por qué son, para mí, un símbolo de liderazgo?

En 1907, Ernest Shackleton dirige su primera expedición a la Antártida a bordo del Nimrod. El objetivo de la expedición era alcanzar el Polo Sur geográfico y el Polo Sur magnético. A pesar de estar muy cerca, a unos 160 kilómetros del Polo Sur, la expedición se vio forzada a dar la vuelta.

En esa expedición las condiciones que llegaron a soportar fueron extremas. Se quedaron sin comida, ya que la carne de caballo que tenían almacenada se había estropeado y tuvieron un ataque de disentería. Apenas les quedaba una caja de las galletas que Huntley and Palmers había fabricado especialmente para la ocasión, que tuvieron que racionar: apenas les correspondía una galleta diaria.

De todos los integrantes de la expedición, Frank Wild era el que estaba en peores condiciones. Un día, Shackleton, sin que nadie lo advirtiera, en un gesto que simboliza la forma en que él entendía ser un líder, le cedió su ración diaria. Esa noche, Wild escribía en su diario Supongo que nadie en el mundo será capaz de comprender el acto de amistad y generosidad que significa. A Dios pongo por testigo de que nunca lo olvidaré. Ni miles de libras valen lo que esta galleta.

Por cierto, las galletas, que hasta la subasta pertenecían a un coleccionista privado, fue hallada en un refugio en el campo base de la expedición. En el enlace podéis disfrutar de las imágenes panorámicas que se han publicado del interior del refugio.