¿Cómo gestiono el enfado en mi equipo?

La rabia, el enfado, tiene su origen en la necesidad de defendernos cuando nos sentimos atacados o estamos siendo objeto de una intrusión.

La respuesta de nuestro organismo nos prepara para atacar al intruso, nos organizan biológicamente para la acción.

No es habitual que la cultura organizacional permita la expresión de la rabia.

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Tratar de suprimir o reprimir estas emociones no hará que desaparezcan; más bien al contrario, encontrarán vías soterradas para salir a la luz, muchas veces de forma inesperada y magnificada.

«La ira controla, la ira castiga, la ira toma represalias» (Paul Ekman)

Permitir que el equipo exprese la rabia no significa potenciarla ni tolerar una conducta agresiva.

¿Qué es permitir?

Permitir es comprender, también (y sobre todo) cuando no estamos de acuerdo, es dar tiempo y espacio para que el otro pueda responder y respetar su proceso.

Bien gestionados, el enfado y la ira pueden darnos la fuerza necesaria y la motivación para enfrentarnos a situaciones que de otro modo nos inhibirían.

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 Y ahora más que nunca, el líder de un equipo se postula como un gestor de emociones, el enfado, por supuesto, y el resto de las que nos inundan en el día a día. En el enlace adjunto puedes descargar nuestro ebook El líder, gestor de emociones. ¡Disfrútalo!

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