La estadística salva vidas

La estadística puede, literalmente, salvar vidas o al menos eso es lo que demostró Florence Nightingale. La dama de la lámpara trabajó como enfermera en el hospital de campaña de Scutari durante la Guerra de Crimea, entre 1853 y 1856. Allí recopiló datos sobre la mortalidad de los soldados y los utilizó para convencer al gobierno británico de la necesidad de implantar mejoras higiénicas.

Pudo demostrar que las enfermedades infecciosas por las malas condiciones higiénicas de los hospitales causaban más muertes que la guerra. Y, también, que con las mejoras higiénicas que proponía las muertes podían evitarse; entre ellas, la limpieza de los espacios y camas, aseo y baño de los heridos y lavado de la ropa.

Florence contó con el apoyo de su amigo William Farr, epidemiólogo y principal propulsor de la estadística médica en el Reino Unido (su contribución más importante a la sanidad británica fue la sistematización de la causa de la muerte para, así, comparar las tasas de mortalidad en las distintas ocupaciones). También contó con John Sutherland, médico y jefe de la Comisión Sanitaria enviada a la Guerra de Crimea para hacer frente a los defectos sanitarios masivos de los hospitales de guerra, con quien compartía una misma filosofía de trabajo.

A partir de sus análisis Farr, Sutherland y Nightingale dedujeron que 16.000 de las 18.000 muertes estudiadas se debían a enfermedades derivadas de la falta de higiene.

Florence era consciente de la dificultad de los datos en bruto, sin tratar, para asegurar el efecto deseado. Sabía que después de organizar, evaluar, interpretar y resumir los datos se obtiene la información que incita a la acción. Así que decidió ordenar y representar los datos, y de esta forma, facilitar el acceso a las conclusiones. Sostenía que “hay que lograr a través de los ojos lo que no somos capaces de transmitir […] a través de sus oídos insensibles a las palabras“.

Para ello utilizó una herramienta a medio camino entre un histograma, una infografía y un gráfico circular. Hoy en día se la conoce como diagrama de la rosa de Nightingale o diagrama de área polar.

Florence representó el número de fallecimientos por causa y mes, desde abril de 1854 a marzo de 1856. Introdujo en un mismo gráfico tres variables: el tiempo (cada una de las cuñas del gráfico representa un mes), el número de fallecidos y la causa de la muerte (en colores, según la leyenda que incorpora en el gráfico).

Hasta ese momento los gráficos habituales incluían uno o dos parámetros; tal es el caso del gráfico de barras y el de sectores desarrollados por William Playfair. De esta forma logró clarificar visualmente los datos y facilitar las conclusiones.

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La claridad y contundencia del gráfico convencieron al gobierno británico de la necesidad de implantar medidas higiénicas en los hospitales.

Sus aportaciones en la estadística la convirtieron en la primera mujer que formó parte de la Royal Statistical Society. En 1874 se convirtió en miembro honorífico de la American Statistical Association. Junto a Francis Galton, propuso la creación de una nueva cátedra de Estadística en Oxford que, finalmente, no prosperó. Su propuesta quería promover el uso de la estadística en el tratamiento de problemas sociales.

Florence Nightingale, igual que Ignaz Semmelweis, que propuso el lavado de manos como medida para salvar vidas, utilizó la estadística para impulsar un cambio de paradigma en el sector sanitario y, con ello, salvar vidas.

Florence cuestionó, también, la opinión de su madre, que asumiendo que su destino era casarse, se preguntaba qué utilidad tendrían las matemáticas para una mujer casada.

Así, reivindicó su derecho a estudiar aritmética, geometría y álgebra y a trabajar como enfermera. Defendió el derecho de la mujer de traer lo mejor que tiene, independientemente de lo que sea […], de hacer lo que sea bueno, aunque esto no aceptable en una mujer. También previno sobre la radicalización que lleva a la mujer a imitar al hombre en todo lo que hace, simplemente porque ellos lo hacen y sin ninguna consideración sobre si es esto lo mejor que pueden hacer las mujeres.

Os dejamos el vídeo que el Museo de Ciencias de la Universidad de Navarra ha preparado sobre Florence Nightingale. El vídeo forma parte de la serie La mujer en la ciencia.