Origen de las auditorías de calidad

Las auditorías, según se desarrollan hoy en día, tienen su origen en aplicaciones financieras. La palabra auditoría procede del término latino audire (el arte de oír o escuchar). Con esta palabra se describe el trabajo de los primeros auditores (oidores, oyentes, personas que escuchaban) que, públicamente ante los funcionarios del gobierno y los ciudadanos, escuchaban la lectura de las cuentas que hacía el tesorero.

Este oficio surge por la preocupación de los gobernantes por reducir errores y fraudes en el funcionariado que contabilizaban las entradas y salidas de dinero y el cobro de los impuestos del reino. De la mano de la revolución industrial, la auditoría empieza a considerarse como un elemento de análisis, control financiero y operacional.

A partir de 1954 se asocian los términos auditoría y calidad. Es entonces cuando la norma MIL-Q-9858 incluye un pequeño párrafo sobre las auditorías que se deben realizar a los proveedores.